Una selección de diferentes obras del artista visual viñamarino Hugo Riveros dan vida a la muestra que fue inaugurada anoche en una ceremonia de gran emoción para la familia del artista y para numerosos asistentes de esta exhibición que permanecerá hasta el 8 de febrero en la Sala Viña del Mar, ubicada en Avda. Arlegui 683.
“En esta exposición hay símbolos y signos que se encuentran, básicamente de un joven artista visual viñamarino que estudió en la Escuela de Bellas Artes de esta ciudad y luego diseño en la Pontificia Universidad Católica, pero él era un soñador, tenía la esperanza de construir un mundo mejor, sin exclusión para nadie y en donde la dignidad y la igualdad tuvieran cabida. Su obra destaca porque es muy esperanzadora, pese al sufrimiento que tuvo al transitar por una parte difícil de nuestra historia como muchos chilenos”, señaló Luis Bork, presidente de la Corporación Cultural de Viña del Mar.
Se trata de 18 acuarelas, 19 dibujos, 9 pinturas y dos collages que son parte de la colección que el museo posee de Riveros y fueron escogidas para mostrar el universo visual de este artista.
Al respecto, el director ejecutivo del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, Francisco Estévez, agradeció especialmente a la familia del artista por entregar a la custodia del Museo la obra de Hugo Riveros y enfatizó que “la primera razón por la cual esta exposición se encuentra en esta notable galería de arte es por su calidad artística y estética… Hugo además de ser un gran artista era una persona que estaba dedicada a la lucha por la democracia y por los derechos humanos en nuestro país. El era un militante que entendía la política al lado de la gente, de las organizaciones sociales, de las personas y todo su trabajo en Santiago junto con la creación visual fue el de formar artistas, incentivar la creación artística como una forma de resistencia. El es capaz de llevar el arte a esa expresión máxima donde lo estético y lo ético se reúnen”.
Este creador vivió desde su compromiso de izquierda, el dolor de los años de crisis democrática y dictadura. Su labor incluyó la formación de jóvenes en el ámbito eclesial, que fue uno de sus refugios para difundir su labor artística. Murió prematuramente, en circunstancias dolorosas, que fueron parte de una historia que el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos busca poner en conocimiento social y cuenta con el patrocinio del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, región de Valparaíso.
“La vida y obra de Hugo Riveros es un ejemplo de consecuencia artística y política, de lo que significa el compromiso por trabajar con quienes sufren. Como artista, estando apresado, no dejó de pintar, y su obra logró salir en libertad, para que hoy podamos disfrutarla, y esta exposición nos deja un mensaje de esperanza: porque el arte y la memoria sobrepasan la represión, las rejas y la muerte, y a través de esta muestra Hugo Riveros se reencuentra con el público, con sus coterráneos y con las nuevas generaciones, para que todos sepan quién fue y conozcan la obra de este artista que luchó tanto por su arte”, expresó Nélida Pozo, directora del Consejo de la Cultura de la Región de Valparaíso.
Esta colección destaca por una gran sensibilidad, dolor, búsqueda, pero también un gran sentido gráfico, resolución segura del dibujo, de la expresividad. Un artista que nos propone una valoración ante la ignorancia y anonimato en que han quedado muchas expresiones artísticas del Chile de los 70 y 80.
En Alemania, su viuda Myriam Silva, logró agrupar la obra y la puso al cuidado del Hamburger Institut für Sozialforschung (HIS), institución que además se encargó de su difusión en ese país y en Europa. Luego de tres décadas de la muerte del artista, su esposa e hijo deciden que los trabajos regresen a Chile y las envían al Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, ya que consideraban que los cuadros pertenecían al pueblo chileno, por su valor testimonial.
Por ello, esta muestra forma parte de la disposición de su viuda de devolver este patrimonio a Chile, y que se pueda exhibir, como una forma de reintegrar al artista a su cuna originaria.