El legado de “Joaquín Fernández de Leiva Erdoíza”, Constituyente y legislador chileno en las Cortes de Cádiz (1810-1812) aborda el libro del investigador Adolfo Andrade Thamm que será presentado este viernes 4 de agosto, a las 19 horas, en la Sala Viña del Mar, calle Arlegui 683.
Este trabajo busca llenar el silencio de la historiografía chilena sobre la tarea de Joaquín Fernández de Leiva como parte del reducido grupo de diputados que participaron en la Comisión de Constitución de Las Cortes posterior a la formación de la Primera Junta de Gobierno en Chile, proceso político que, iniciado en 1810, culminó con la declaración de Independencia de Chile en 1818.
Como nadie, abogó por la creación de un Estado español unitario, donde españoles y americanos habían de tener una entera igualdad política al alero normativo de una Constitución y luchó incesantemente por visibilizar el verdadero carácter de los procesos políticos que sucedían en América a principios del siglo XIX.
La investigación, invita a conocer la influencia y obra política del desconocido medio hermano de Manuel Rodríguez, una historia que ha sido silenciada. El autor da a conocer la intervención de un hombre que, bajo la bandera hispanoamericana, se invistió de ideales y propuestas que marcaron un precedente y nuevo rumbo, sobre todo, en la declaración de independencia de Chile en 1818.
La intervención de Napoleón Bonaparte en España en 1808, con la abdicación forzada del rey Fernando VII, precipitó procesos políticos de gran significación y consecuencias en el mundo hispano. Mientras en la América española se iniciaba una etapa autonomista, que incluía una profunda reflexión en torno a la soberanía y su representación, en España se iniciaba la lucha en contra del invasor francés, y se convocaba a Cortes con el claro propósito de aprovechar la coyuntura para dar forma a un Estado Constitucional.
Las Cortes se constituyeron con representantes de toda la hispanidad. Dentro de los diputados americanos destacó, en representación del reino de Chile, la figura del Doctor en Cánones y leyes, Joaquín Fernández de Leiva Erdoíza (medio hermano del conocido prócer Manuel Rodríguez Erdoíza), quien fue parte del reducido grupo de diputados que fueron designados para la Comisión de Constitución de aquellas cortes que sesionaron en Cádiz a partir del 24 de septiembre de 1810 (seis días después de formada la primera Junta Nacional de Gobierno de Chile). La Constitución Liberal Hispana de 1812 (La Pepa) habría de extender su influencia al constitucionalismo americano posterior.
En sintonía con las ideas y aspiraciones de la élite política chilena, defendió en la Cortes de Cádiz los sucesos producidos en Chile, logrando que las Cortes aprobaran la Junta de Gobierno establecida el 18 de septiembre de 1810 en Santiago; luchó por que se comprendiera en la península el verdadero carácter de los procesos políticos que se sucedían en América y abogó por la creación de un Estado español unitario, donde europeos y americanos habrían de tener una entera igualdad política, bajo el manto normativo y protector de una Constitución.
La opción hispanoamericana de Joaquín Fernández de Leiva, y de la diputación liberal de aquellas cortes, fracasó merced al insensato intento de Fernando VII de restaurar el régimen absoluto, luego de recuperar su corona en 1814. Torpe política que exacerbó los ánimos, al punto de desencadenar un proceso irreversible que dio origen a una multiplicidad de repúblicas americanas independientes.