Foto: Gran Hotel.- Viña del Mar [fotografía] / Valparaíso : Foto León , [Entre 1926 y 1931] 1 tarjeta postal : huecograbado, fotomecánico monocromo sobre papel fibra ; 14 x 9 cm. Fuente: Biblioteca Nacional Digital.
“Otros, aprovechando esta hora deleitosa, se convidan a dar una romantica vuelta por la Quebrada del hotel, porque es evidente que las quebradas están en tanta moda en Viña del Mar, como lo están en Santiago…” – Crónicas Viñamarinas, Benjamín Vicuña Mackena
El Gran Hotel de Viña del Mar, también conocido como el “Versalles chileno”, ocupa un lugar destacado en la historia de la ciudad. Desde su fundación a mediados de la década de 1870, este establecimiento fue un epicentro de la vida social y cultural en la incipiente ciudad costera, siendo testigo del crecimiento y consolidación de Viña del Mar como un destino turístico y centro de encuentro para la élite social.
El origen del Gran Hotel
En 1874, el visionario don José Francisco Vergara donó el terreno y aportó el capital para la construcción del primer hotel de la ciudad. Este proyecto, bautizado inicialmente como “Hotel de Viña”, rápidamente se ganó el apodo de “Gran Hotel”, debido a su majestuosidad y la influencia que ejercía en la vida social local.
Según el relato de Vicuña Mackenna, historiador y cronista de la época, este lugar simbolizaba el florecimiento de la joven ciudad, acogiendo momentos históricos importantes. Los visitantes, sin saberlo, estaban escribiendo los primeros capítulos de la historia de Viña del Mar.
Primeros paseos públicos
Con la apertura del Gran Hotel, un nuevo espacio de encuentro se creó en la ciudad. Vicuña Mackenna nos relata que, tras la cena, los visitantes y locales recorrían un paseo que comenzaba frente a la estación, cruzando el primer puente sobre el río, y se extendía hacia las quintas y casas a lo largo de la calle Álvarez, donde una multitud, en su mayoría mujeres, paseaba elegantemente. Este “tren humano” reflejaba la dinámica social de la época, donde el paseo no solo era un evento recreativo, sino también una oportunidad para el cortejo.
Con el tiempo, el Paseo de Miramar, ubicado frente al mar, se convirtió en un lugar emblemático, donde la alta sociedad se congregaba para lucir atuendos elegantes y socializar.
Un espacio de sociabilidad
El Gran Hotel no solo era un espacio de hospedaje, sino también un centro de actividad social y cultural. Sus amplios salones, parques y juegos de billar atraían a visitantes tanto locales como internacionales. La música en vivo, interpretada por artistas de renombre como Carlota Patti, llenaba los espacios del hotel, mientras los huéspedes se reunían para conversar, hacer negocios y formar nuevas amistades. Este ambiente propiciaba el surgimiento de romances veraniegos, donde las señoritas en “edad de merecer” aspiraban a encontrar a su “príncipe azul”.
Las festividades de Año Nuevo
Uno de los momentos más esperados del año era la celebración de Año Nuevo en el Gran Hotel. Hasta 1884, cuando el hotel fue devastado por un incendio, la alta sociedad santiaguina se desplazaba a Viña del Mar para despedir el año y dar la bienvenida al siguiente en este espléndido escenario. La administración del hotel se esforzaba por ofrecer un variado programa de actividades: conciertos, óperas, teatros y conferencias, convirtiendo al hotel en el corazón cultural de la ciudad durante la temporada veraniega.
El incendio de 1884 marcó un punto de inflexión en la historia del Gran Hotel, pero su legado perdura hasta el día de hoy. El lugar que alguna vez fue un símbolo de la elegancia y el esplendor de Viña del Mar continúa ocupando un lugar especial en la memoria colectiva de la ciudad, como un emblema de sus primeros 150 años de historia.